Dióxido de carbono (CO2) se añade a los refrescos durante el proceso de embotellado para dar a la bebida su fizz. Mientras los envases de refrescos se llenan durante el proceso de embotellado, grandes volúmenes de CO2 se emiten desde los rellenos a la atmósfera de la sala de llenado. Si las salas de llenado y las áreas de trabajo no están adecuadamente ventiladas, el CO2 puede acumularse en el aire interior.
Del mismo modo, muchos factores promueven el uso de CO2 como refrigerante; es barato energéticamente eficiente, además, tiene buenas propiedades de transferencia de calor y es compatible con la mayoría de los materiales. Los desafíos relacionados con el proceso diseño, altas presiones de funcionamiento y los problemas de seguridad pueden superarse con tecnología moderna. Desde un punto de vista medioambiental, el CO2 no causa el agotamiento de la capa de ozono y tiene menor potencial de calentamiento global que los refrigerantes tradicionales. Como resultado, el CO2 en la refrigeración encontró numerosas aplicaciones de procesamiento industrial y alimentario, frío almacenamientos, venta minorista y transferencia de alimentos e instalaciones deportivas, como pistas de hielo. Es también emergente en automóvil y residencial aire acondicionado.
CO2 es un gas incoloro, inodoro e insípido que representa un riesgo potencial para la salud humana en altas concentraciones. El nivel debe ser monitoreado para evitar el CO2 acumulación.
Los efectos de la concentración de CO2 en humanos son los siguientes:
CONCENTRACION CO2 EFECTOS
350-450ppm Atmósfera típica
600-800 ppm Calidad del aire interior aceptable
5000 ppm Límite de exposición promedio superior 8 horas.
3-8% Aumento de la respiración y dolor de cabeza
Por encima del 10% Náuseas, vómitos, inconsciencia
Por encima del 20% Pérdida rápida del conocimiento, muerte
Estos efectos hacen que sea de vital importancia la monitorización de la concentración de CO2 en ambientes con presencia de personas, con equipos fiables y precisos como la gama Vaisala. Con el sistema patentado por Vaisala, CARBOCAP, obtendremos valores precisos y fiables. Gracias a la tecnología NDIR (infrarrojo no dispersiva) de haz simple y de doble longitud de onda para medir el CO2, los sensores CARBOCAP son capaces de verificar constantemente su correcto funcionamiento, mediante constantes mediciones automáticas de referencia, que compensa cualquier cambio posible en la intensidad de la fuente de luz, y también la acumulación de contaminación y suciedad en la trayectoria óptica, dando lugar a un sensor que no tiene necesidad de calibración a lo largo de su vida útil.